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Profundizando la conciencia de clase proletaria y abordando cuestiones clave: un manual sobre propaganda.
Octubre de 2024
En los primeros años de existencia de la Organización de Revolucionarios Comunistas (OCR), hemos liderado la producción de un cuerpo significativo de escritos teóricos y analíticos (publicados en Kites y ahora en Against the Tide), fundamentales para atraer y formar una primera ola de nuevos cuadros comunistas y brindar una guía estratégica a su labor política. También hemos dirigido una amplia agitación y exposición en diversas formas (folletos, carteles, agitación en la calle, publicaciones en redes sociales, etc.) en torno a varias contradicciones de clase y cuestiones políticas, lo cual ha sido central para el trabajo de masas bajo la dirección de nuestra organización. Tanto nuestra agitación/exposición como nuestro trabajo teórico/analítico deben continuar, expandirse y alcanzar nuevos niveles. Sin embargo, entre la teoría y la agitación, se encuentra un “nivel medio” crucial que los comunistas denominan propaganda. La OCR ha alcanzado un punto en su desarrollo —con decenas de personas activamente bajo nuestra dirección, cientos en nuestra órbita y llegando (aunque no siempre organizando directamente) a miles más a través de nuestra agitación y esfuerzos de organización de masas— en el que desarrollar consistentemente el nivel medio de propaganda a un nivel superior es ahora una tarea apremiante.
La definición burguesa de propaganda, que se filtra hasta la conciencia popular, describe contenidos utilizados con fines nefastos o manipuladores para convencer a las personas de un punto de vista político (peligroso). Donde existe un ápice de verdad en esta definición en lo que respecta a la propaganda comunista, es que buscamos convencer a las masas de la necesidad de la revolución proletaria y de la transición socialista hacia el comunismo; y, ciertamente, esta perspectiva política resulta peligrosa para el dominio burgués. Sin embargo, cuando los comunistas usamos el término específico propaganda, nos referimos a contenidos políticos que profundizan la conciencia de clase proletaria de las masas y las entrenan sistemáticamente en la visión comunista del mundo. Nuestra propaganda se distingue de nuestra agitación en que el papel de esta última es despertar y sostener la conciencia política a través de la exposición y, a veces, movilizar a las personas en función de esa exposición con un llamado a la acción, mientras que la propaganda explora en profundidad una contradicción o conjunto de contradicciones desde distintos ángulos, consolidando su audiencia en la visión comunista del mundo a lo largo del tiempo.
Todos los grandes líderes estratégicos del movimiento comunista internacional dieron gran importancia al papel de la conciencia en el proceso revolucionario, desde Lenin y su obra fundamental ¿Qué hacer?, hasta el énfasis de Mao en la transformación ideológica. Si bien nuestro objetivo es transformar las condiciones materiales de la sociedad derrocando al capitalismo y, posteriormente, mediante la transición socialista al comunismo, la conciencia es lo que guía esa transformación material. Más aún, la conciencia es la variable sobre la cual nuestros esfuerzos subjetivos pueden tener el impacto más transformador. Incluso con la burguesía en el poder y aunque los movimientos de resistencia de masas fracasen en sus objetivos específicos o se desvanezcan, podemos avanzar la conciencia de clase proletaria de las masas si somos propagandistas efectivos en medio de los giros, altibajos de la lucha de clases. Y esos avances en la conciencia de clase proletaria de las masas pueden convertirse en una fuerza material que guíe cómo las masas responden y ejercen su agencia en el desarrollo de las contradicciones de la sociedad.
Para que los cuadros comunistas se conviertan en propagandistas efectivos, requieren de formación y experiencia específicas en el arte de la propaganda, no al margen de la lucha de clases, sino en el núcleo de la misma. Convertirse en propagandistas efectivos se ha vuelto una tarea urgente para los cuadros de la OCR, dado que ahora estamos liderando prácticamente a un número creciente de personas, quienes necesitan de la propaganda comunista para profundizar su conciencia política inicial, al tiempo que nos adentramos en cada vez más esferas de la lucha de clases y en un abanico más amplio de cuestiones políticas candentes en la sociedad. Con el objetivo de formar propagandistas, en lo que sigue, estableceremos los altos estándares que debe cumplir nuestra propaganda y abordaremos las particularidades de las dos principales formas que esta adoptará: la escrita y la hablada.
¿Qué le otorga a nuestra propaganda su poder transformador?
El trabajo de propaganda se ha entendido con demasiada frecuencia simplemente como "educación política" y se ha tratado como algo al margen del trabajo político principal de movilización de las masas en la lucha de clases. En realidad, la propaganda es una parte indispensable para proporcionar liderazgo comunista. A través de "estudios de caso", la propaganda responde a las preguntas importantes de "¿por qué?", y "¿cómo?", es decir, por qué el capitalismo perpetúa la explotación y la opresión, y cómo esa explotación y opresión pueden ser eliminadas mediante la revolución proletaria. Estos "estudios de caso" resuenan con las masas porque su tema específico es algo que las masas experimentan directamente (por ejemplo, las deficiencias del sistema de salud bajo el capitalismo), observan en el mundo que las rodea (como las guerras de agresión imperialistas o la devastación ecológica) o debaten entre ellas (como si la última ola de migrantes es la culpable de la falta de acceso a recursos, por ejemplo).
Es importante destacar que nuestro enfoque para seleccionar temas de propaganda no es uno de limitar nuestro trabajo propagandístico a temas relacionados únicamente con la explotación y opresión que la audiencia en cuestión experimenta directamente. En cambio, los temas que priorizamos deben basarse en nuestra síntesis de nuestras interacciones generales con las masas, teniendo en cuenta nuestros objetivos estratégicos. Debemos identificar las preguntas que las masas están formulando, sus sentimientos avanzados y atrasados, las ideas que les impiden convertirse en un pueblo revolucionario y las áreas en las que necesitamos y podemos transformar su conciencia. Ciertamente, cualquier esfuerzo o campaña de organización de masas que asumamos necesitará propaganda para los más avanzados en torno a la contradicción específica que estamos liderando, pero nuestro trabajo propagandístico debe ser mucho más amplio que las necesidades de las luchas prácticas que estamos liderando.
Cualquiera que sea el tema de la propaganda en cuestión, lo importante es que nuestra propaganda ofrezca a las masas una explicación convincente que responda a las preguntas de “por qué” y “cómo”. Para lograr esto, nuestra propaganda debe centrarse en la(s) contradicción(es) que están en el núcleo del tema, no solo presentar mucha exposición y luego agregar al final "y por eso necesitamos revolución". La audiencia de nuestra propaganda debe llegar a nuestra conclusión prevista a través de la comprensión de la(s) contradicción(es) en cuestión, lo que requerirá que proporcionemos información fáctica suficiente y analicemos esa información con la dialéctica materialista. Este método es la diferencia entre producir propaganda atractiva con el poder de convencer y hacer muchas proclamaciones sin conectar los hechos con las conclusiones.
Algunas propagandas se centrarán principalmente en utilizar la exposición para desarrollar un análisis comunista de una contradicción particular del capitalismo, mientras que otras también abordarán cuestiones de postura ideológica vinculadas a esa contradicción. Por ejemplo, cuando abordamos las manifestaciones ideológicas atrasadas de la guerra social por la supervivencia entre las masas (como culpar a los migrantes, personas LGBT, personas sin hogar, jóvenes, etc., por los problemas sociales), necesitamos exponer las mentiras burguesas detrás de este juego de culpas y, además, desafiar la postura ideológica que hace que algunas masas sean susceptibles a esas mentiras burguesas. En otras palabras, si un proletario nacido en EE. UU. culpa a los migrantes de sus problemas, necesitamos tanto explicar, de manera fáctica, por qué la burguesía y no los migrantes es responsable de esos problemas, como desafiar el chovinismo nacional y la ideología de “primero yo” en su perspectiva. Nuestra propaganda es más efectiva cuando logra hacer trabajo político e ideológico al mismo tiempo, mientras entrena a las masas para pensar como materialistas dialécticos.
Propaganda escrita
Un folleto o un artículo de longitud media, de entre 2,000 y 3,000 palabras y dividido en secciones con subtítulos, son las formas usuales que tomará nuestra propaganda escrita. Cuando nuestra propaganda usa terminología comunista poco familiar para una audiencia amplia, debemos asegurarnos de dar explicaciones breves de los términos necesarios. Pero nuestra propaganda escrita no debe depender en exceso de la terminología comunista; debe encontrar el equilibrio adecuado entre un tono analítico y un estilo que conecte bien con las masas proletarias. Esto es un poco diferente a la agitación, que debería estar más en el lenguaje cotidiano de las masas.
La propaganda escrita es más efectiva cuando desarrolla la(s) contradicción(es) en el corazón de su tema de manera que atraiga a las masas hacia sus conclusiones. Su organización en secciones debe facilitar este proceso de desarrollo, e idealmente el lector debe tener una sensación de diferentes hilos entrelazándose. Si bien la propaganda escrita debe hacer buen uso de los hechos, incluidas las estadísticas, no debe sobrecargar al lector con datos, sino seleccionar y ordenar la información de las maneras que mejor enfoquen y expliquen la(s) contradicción(es) en cuestión.
Una pieza de propaganda escrita de 2,000 a 3,000 palabras no puede abordar todos los aspectos del tema, pero debe esforzarse por abordar diversas dimensiones y resaltar la totalidad de la contradicción. Por ejemplo, la opresión de las mujeres es un hilo que atraviesa todo el funcionamiento del capitalismo. No es un requisito que toda nuestra propaganda aborde la opresión de las mujeres, pero tocar cómo una contradicción particular afecta la opresión de las mujeres es a menudo necesario y deseable, y puede profundizar la comprensión de las masas sobre la bancarrota total del dominio burgués.
En cuestiones de estilo literario y tono, nuestros escritores de propaganda deben desarrollar voces únicas y combatir cualquier tendencia hacia una escritura comunista robótica o estereotipada. Dentro de la diversidad de voces literarias que debemos cultivar, sin embargo, hay algunas pautas generales que debemos tener en cuenta al escribir propaganda: debemos transmitir nuestro afecto por las masas y odio hacia el sistema sin sonar hippies o histriónicos. Debemos basarnos en hechos para exponer el funcionamiento del capitalismo, pero sin sonar como sociólogos desapasionados o distantes. Debemos trabajar para elevar el nivel intelectual y los estándares de las masas llamando su atención sobre la evidencia de las afirmaciones que estamos haciendo y atrayéndolas a métodos de pensamiento materialista-dialéctico, sin ser condescendientes con las masas, incluso cuando estamos enfrentando ideas atrasadas.
Propaganda hablada y liderazgo a través de sesiones de propaganda